En esta etapa aparece
específicamente a los 6 años tendencias
opuestas y contradictorias que llevan al niño a ser cariñoso en un momento con
su madre y al momento estar enfadado con ella. Es decir, se está lleno de
energía en un primer momento y luego suele el niño enfadarse y sus enfados
suelen ser bruscos e inesperados (Tierno, 2004). Pero, poco a poco, sus
emociones se vuelven más positivas. Como características particulares está el
interés por lo nuevo, su egocentricidad (el niño es el centro del mundo y se
comporta como tal) quiere que se le mime, felicite y ser el primero en todo.
También la vida escolar va cobrando un valor
especial pues se mueve entre dos mundos: colegio y casa.
A la edad
de 7 años se vuelve más tranquilo y soñador, descubre
la importancia de otras personas además de sus padres, puede presentar mayor
interés en las actividades domésticas y en el servicio a los otros. Pero,
muestra inseguridad en cuanto a las actividades que no realiza de forma
perfecta. Posee mayor relación con los
padres, pero no ocurre lo mismo con sus hermanos, pues experimenta gran
rivalidad. No hay distinción entre lo accidental y lo intencional, por lo que
responde del mismo modo. Por último, es importante resaltar que en esta edad se
empieza a interiorizar más la empatía (“ponerse en los zapatos del otro”), esto
ayuda a poder tener mayor sentimiento de compasión, tolerancia con el otro y,
por lo tanto, moderar su agresión.
A los 8 años, vuelve a mostrarse agitado y espontáneo, sin
embargo, hay una enorme incidencia de los deportes que ayuda a canalizar de una
forma más adecuada su energía, esto ayuda a equilibrar mejor su emotividad. En
esta edad el niño empieza a interesarse por el mundo de los adultos al
entender la diferencia entre él y los
demás. También presenta una curiosidad insaciable y empiezan las preguntas por
la procreación, creación del mundo, diferencia sexual, entre otras (Tierno,
2004).En esta etapa es imprescindible el afecto, que lo feliciten por el
trabajo bien hecho. Además, ha logrado mayor dominación en tiempo y espacio, lo
que suele despertar aún más sus energías y es recomendable tener diversas
actividades además de la televisión y los videojuegos, para que en esta etapa
se tenga un desarrollo más sano de sus potencialidades.
Por
último, en esta etapa según Erikson (1984) hay un florecimiento del sentimiento
de laboriosidad y de inferioridad en
cuanto a los niños que comienzan a desarrollar una sensación de orgullo en sus
logros; inician proyectos, los siguen hasta terminarlos, y se sienten bien por
lo que han alcanzado.
Durante
este tiempo, los profesores desempeñan un papel creciente
en el desarrollo del niño. De esta manera, si se anima y refuerza a los niños
por su iniciativa, comenzarán a sentirse trabajadores y tener confianza en su
capacidad para alcanzar metas. Pero, si por el contrario, esta iniciativa no se
anima y es restringida por los padres o profesores, el niño comenzará a
sentirse inferior, dudando de sus propias capacidades y, por lo tanto, puede no
alcanzar todo su potencial.
Psi. Humberto Del Castillo Drago.
Sodálite.
Director General de Areté.
No hay comentarios:
Publicar un comentario