1 1. Introducción:
Hoy
más que nunca pareciera que la perseverancia no es una virtud que el hombre
común quiera vivir, al contrario, estamos en la cultura de usar y botar todo,
es decir, del utilitarismo y del pragmatismo, en donde la sociedad de consumo
nos impone la costumbre de desechar todo lo que no sirve y es poco útil. Es así
como vivimos en la “cultura de lo desechable”, asumiendo el cambio por el
cambio, con poca reflexión e, incluso, llegando a cosificarnos a nosotros
mismos y a los demás y buscando en el otro algo para lo que nos sirva o sea
útil. De esta manera, reducimos nuestra existencia a la búsqueda del placer por
el placer, a lo carnal, etc.
Es
este el contexto en el que se me pide escribir sobre la perseverancia. Y es que
hoy más que nunca nos cuesta ser perseverantes y constantes, incluso podríamos
decir que actuamos según distintos estímulos, siendo más reactivos que
proactivos. Así que es muy importante recordar que la proactividad es el hábito
que nos lleva a actuar según principios y valores; es el hábito que nos invita
a vivir responsablemente, según nuestras creencias y convicciones.
2. ¿Qué es la
Perseverancia?
Ante
este panorama intentemos aproximarnos a la perseverancia: ¿Qué es? “Es la
firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos y en las resoluciones
del ánimo”. Pero, ¿qué significa
esto? Significa que la perseverancia es
aquel buen hábito, aquella virtud que nos conduce a cumplir nuestros planes y
objetivos.
Sí, la perseverancia nos mantiene
firmes y centrados en las metas que nos hemos trazado y, por ende, nos permite
ser constantes e insistir una y otra vez. Se trata entonces de perseverar cada
vez más, se trata de conquistar nuestra voluntad, se trata de estar firme en
nuestras decisiones y saber que van a venir muchos obstáculos, problemas,
barreras, etc.; pero que lo más importante es ser constante, firme y decidido
en lo que queremos lograr.
Asimismo, perseverar es seguir adelante, es no desfallecer una vez que se ha iniciado
el camino, se trata de no renunciar al ideal, y será importante poner todos los
medios para cumplir con la tarea o misión encomendada. Se trata de seguir
adelante pase lo que pase, y claro está, eso implica una cuota de esfuerzo
importante, incluso de dolor y sufrimiento.
Leyendo algunos artículos para escribir el presente, encontré
que el P. Ricardo Ruvalcaba, afirma lo siguiente:
La
perseverancia es duración. Es fácil ser coherente por un día o algunos días.
Difícil e importante es ser coherente toda la vida. Es fácil ser coherente en
la hora de la exaltación, difícil serlo en la hora de la tribulación. Y sólo
puede llamarse fidelidad una coherencia que dura a lo largo de toda la vida,
decía Juan Pablo II. En la vida hay que elegir entre lo fácil y lo correcto.
Se trata de perseverar siempre, de
insistir pase lo que pase, de asumir las consecuencias de las decisiones
tomadas y los objetivos trazados. Sabemos que obstáculos, dolor, pruebas,
sufrimientos, dificultades van a existir siempre y de todas maneras. Pero lo
que realmente tiene que importar es el hecho de responder con generosidad y
entrega, en donde ponemos lo mejor de nosotros para ser fieles a nuestros
anhelos e ideales más grandes. Así que, lo bueno cuesta, las cosas importantes
y buenas implican esfuerzo y lucha constante, y es hora de asumir el reto para
alcanzar grandes metas a lo largo de nuestra vida.
3. Conclusión:
Se trata entonces de aprender a ser perseverantes en el día a
día, en la vida cotidiana. Es decir, en las pequeñas cosas, buscando perseverar
en los pequeños proyectos y en las tareas más sencillas y simples. “Quien es
fiel en lo poco, es fiel en lo mucho”. Por lo que se necesita poner distintos
medios concretos en el día a día, con el objetivo de aprender a ser
perseverantes y enseñar a perseverar.
Pero, ¿Por dónde empezar? Primero, pensar en un objetivo o
meta sencilla y común de tu vida cotidiana. Dicha meta u objetivo implicará dos
o tres medios para realizarlo. Consiste en perseverar en dichos medios,
compromisos, tareas o resoluciones hasta lograr el objetivo. En este momento, recuerda
avanzar, crecer, levantarse una y otra vez. Si caes 5 veces; tienes que levantarte
6 veces, eso sí que es perseverar.
Por otro lado, es necesario tener en cuenta que los medios
concretos son fundamentales para vivir la perseverancia y, claro está, para
educarnos en dicha virtud, por lo que es importante que revises estas
recomendaciones que te dejo en este escrito y las lleves a la práctica en tu
vida cotidiana.
Ps. Humberto
Del Castillo Drago
Sodálite
Director
General de Areté